En los centros de día facilitar la movilidad de los residentes y de las personas mayores que acuden a terapia es imprescindible. Y lo mismo sucede con el personal sanitario y demás trabajadores del centro. Una manera eficaz de lograrlo es con motores para puertas automáticas.
La cuestión es saber cuál es el modelo más adecuado para cada tipo de puerta y elegir las prestaciones y extras que queremos incorporar.
Cómo escoger el motor adecuado
Uno de los fallos más comunes al comprar motores para puertas automáticas es excederse en la potencia. Erróneamente se cree que a más potencia mejor funcionamiento, y lo cierto es que si se sigue esta idea es probable que se desperdicie potencia y que generemos un gasto innecesario.
Para no equivocarse es mejor contar con la ayuda de personal cualificado, profesionales como los que forman parte del equipo de Motorizarte, que te informarán de las características de cada modelo y de la potencia que precisa cada puerta.
En concreto, para escoger el motor adecuado hay que tener en cuenta las dimensiones, el material principal de la puerta y el peso. Además de estos datos hay que considerar también la frecuencia de uso.
Tipos de cerraduras
Otro de los aspectos relacionados con las puertas automáticas de los centros de día son los sistemas de cierre. Hay muchos modelos que permiten personalizar cada puerta para atender a las necesidades de cada situación.
De esta manera encontramos cerraduras que se manejan con un simple pulsador, aptas para puertas que dividen pasillos, salas de rehabilitación o zonas comunes como comedor o sala de televisión.
En otros lugares debe haber cierres de más seguridad que eviten el acceso a las personas no autorizadas, como por ejemplo, los despachos, los gabinetes de farmacia o los cuartos con los productos de limpieza.
Las ventajas que tendrás con motores para puertas automáticas
La inversión destinada a la motorización de puertas en un centro de día queda pronto amortizada. Las ventajas que trae este sistema y control de las puertas permite:
- Aumentar la seguridad de los pacientes al tener máximo control de las zonas en la que están y por las que pueden transitar. Algo esencial en el caso de personas mayores con demencia o Alzheimer.
- Mejorar la accesibilidad en todo el centro, eliminando las barreras arquitectónicas que son las puertas manuales tanto para los mayores que van en silla de ruedas o con andador como para sus cuidadores.