Una de las decisiones que hay que tomar cuando se está proyectando o remodelando un local de restauración es cómo deben ser las puertas para cocina del restaurante, motorizadas o no. Para elegir bien lo mejor es conocer las ventajas e inconvenientes de cada opción.
Puertas manuales
La rapidez en el servicio es esencial en un restaurante. Tener en el local puertas para cocina de restaurante manuales puede ser un elemento que ralentiza la atención, ya que cuando se va cargado con los platos y las bandejas hay que pararse a abrir la puerta o pedir ayuda a otra persona cuando se va muy cargado.
El peligro que se corre para facilitar el paso es que se deje la puerta abierta, lo que no es nada recomendable porque desde la sala se escuchará el ruido de la cocina y, lo que es peor, saldrán los humos y los olores.
Uno de los modelos de puerta de cocina manual es de la puerta batiente de vaivén. Si bien es cierto que facilita el paso de los camareros, también hay que tener presente que precisamente ese movimiento puede ocasionar situaciones de peligro porque golpea a alguien provocando que se caigan los platos.
La mayor ventaja que aportan las puertas para cocina de restaurante manuales es que son más económicas y no se estropean y por tanto su mantenimiento es menor.
Puertas automáticas
Por otro lado las puertas para cocina de restaurante motorizadas mejoran de manera notable el paso del personal de sala. Este tipo de puertas puede funcionar mediante un pulsador que, cómodamente y sin que se corra ningún peligro de que se desequilibre al camarero, se abre.
Pero la forma de eliminar por completo las barreras arquitectónicas es con puertas automáticas con sistema de detección de movimiento. De esta forma la puerta, batiente o corredera, permanecerá cerrada separando por completo el comedor de la cocina y ante la presencia del personal de sala se abrirá para facilitarle el paso sin que tenga que realizar nada.
El único inconveniente es que esta mecanización eleva el coste final de la puerta, pero antes de descartarla hay que tener muy en cuenta las ventajas que tiene.