Las puertas de laboratorios deben permitir el fácil acceso, asegurar el hermetismo y garantizar la seguridad de las áreas de trabajo.
Los centros de investigación se caracterizan por manejar material sensible de muy distintas índoles y por tanto es necesario salvaguardar su seguridad. Para lograrlo las puertas de laboratorio desempeñan un papel muy importante.
Modelos más habituales
Dentro de los posibles tipos de puertas de laboratorio las más habituales son las puertas correderas y las abatibles. El motivo es que por sus características estos sistemas de apertura son los que resultan más prácticos a la vez que garantizan la seguridad de la zona.
Tanto las puertas de laboratorio correderas como las abatibles resultan adecuadas porque pueden realizarse en una o dos hojas y de este modo permiten disponer de un hueco de entrada muy amplio por el que se pueda pasar con carritos y cualquier otro tipo de material voluminoso.
Accesibles, herméticas y seguras
A la hora de describir las necesidades de las puertas de laboratorio el mejor resumen es que deben ser accesibles, asegurar el hermetismo de la zona y garantizar la seguridad.
El fácil acceso a la sala de trabajo del laboratorio es esencial. Dentro del recinto es normal que existan diferentes zonas o áreas en las que se trabaja con productos y materiales peligrosos o nocivos y los empleados necesitan pasar de una zona a otra de manera cómoda y rápida cuando por ejemplo transportan algún material, llevan puestos guantes o ya se han desinfectado.
Al disponer de puertas de laboratorio correderas o abatibles con apertura automática pueden moverse libremente sin obstáculos ni problemas de movilidad.
El hermetismo es otra las cualidades imprescindibles en las puertas de laboratorio. Los materiales y trabajos sensibles que allí se realizan requieren que cada área quede permanezca totalmente aislada.
En estos casos las puertas abatibles suelen ser las más aconsejables. Su cierre permite asegurar el aislamiento entre áreas estériles para garantizar la seguridad de las tareas que allí se realizan.
Por último, las puertas de laboratorio debe garantizar la seguridad. Sus cierres y sistemas de apertura deben confirmar que nadie ajeno a las instalaciones o que nadie sin la autorización expresa pueda acceder a áreas restringidas.
Para alcanzar este objetivo existen diferentes sistemas de apertura entre los que están las tarjetas de proximidad, los códigos alfanuméricos o los sistemas biométricos.
Las puertas de laboratorios deben permitir el fácil acceso, asegurar el hermetismo y garantizar la seguridad de las áreas de trabajo.