Los centros hospitalarios y las clínicas necesitan garantizar la facilidad de acceso a sus pacientes. Por eso, la instalación de un motor en la puerta corredera de entrada es esencial. Disponer de esta ventaja es más sencillo de lo que parece y también menos costoso.
Un motor para una puerta corredera ya instalada
La automatización de las puertas de un hospital no implica necesariamente comprar una puerta nueva. El motor de una puerta corredera es un kit pequeño y discreto que se puede acoplar fácilmente en cualquier puerta que ya esté en uso.
Los trabajos para la instalación del motor son sencillos, algo muy importante en un espacio como un hospital donde hay enfermos que necesitan tranquilidad para su recuperación. En un día o incluso en unas horas la instalación queda hecha.
Cómo elegir el motor adecuado
La cuestión es cómo escoger el motor apropiado para cada puerta. Lo primero es tener en cuenta el modelo de la puerta. Si es una puerta de acceso exterior o interior, si es de una o dos hojas, si es de aluminio o de vidrio y el volumen de tránsito aproximado.
A estos datos hay que agregar las dimensiones de la puerta, el peso y el sistema de cierre. Es decir, qué tipo de control de apertura necesitamos.
A partir de esta información es cuando se puede escoger el motor adecuado. Y para hacerlo más fácil lo mejor es contar con el asesoramiento de profesionales.
Los beneficios de la automatización
Los hospitales y clínicas son lugares donde un motor de puerta corredera es casi imprescindible porque ayuda a:
- Garantizar la accesibilidad con puertas con detector de movimiento que se abren ante la presencia de un paciente o un sanitario que traslada pacientes en camilla, silla de ruedas o que lleva un carrito con material sanitario.
- Controlar la seguridad de acceso a rozas restringidas como quirófanos y laboratorios y también otras zonas comunes. Para ello hay diferentes modelos de cerraduras con pulsador, tarjetas de proximidad, códigos o aplicaciones desde el móvil, según el grado de control que se precise.
- Mejorar la eficiencia energética. El control de la temperatura de los espacios interiores es mayor y no se desperdicia energía; de manera que se hace un mejor uso contribuyendo a la sostenibilidad y cuidado del medio ambiente.
A ahorrar costes. La mayor eficiencia energética hace que se gaste menos calefacción y aire acondicionado reduciendo la factura hasta en un 60%.